Réplica amistosa a Pedro (Peter) de la Abarca
Pues cuando mueres no eres
¿cómo buscar a Dios, Pedro?
Tu viaje hay que hacerlo vivo,
buscando a Dios en tu centro,
allá junto al corazón,
carnes y sangres adentro.
Hay que buscarlo en tu hermano,
el que vive padeciendo,
ese que no vemos nunca
a nuestro lado muriendo,
y lleva a Dios en la frente
grabado en letras de fuego.
Buscar a Dios tras la muerte,
cuando ya quizá no estemos,
es dejar para otra vida
lo que en esta nos da miedo.
Por buscar a Dios, mi amigo,
no hay que marcharse tan lejos.
jueves, 14 de febrero de 2008
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