A mi hijo Pedro, de vocación panadera
[PREPARAR]
ARAR:
Yunta
o par, par o yunta: mansedumbres
uncidas
al castigo del trabajo.
Alzar,
binar, terciar, quebrar la tierra
con
la proa rompiente del arado.
SEMBRAR:
De
entre una biblioteca de adeenes
seleccionar
la página adecuada,
echar
al hombro el saco sementero
y
recorrer cantando las besanas,
por
confiar al aire el fundamento
que
fecunda el perfil de las aradas.
[VEGETAR:]
GERMINAR:
De
su nicho de sílice y estiércol,
beso
de sol, reposo y humedades,
cápsula
adormecida, la simiente
despliega
el esplendor de su equipaje
que
encriptara en su hélice miniada
la
química latente en su mensaje.
ENCAÑAR:
“Era
por Mayo en su calor creciente,
trinaban
sus dolientes desventuras
aves
canoras y amorosas gentes”,
cuando
la grey dormida de Natura
cálamos
desplegaba adolescentes
por
buscar luces, vientos y aventuras
más
allá de la madre y sus simientes
y
el bullir de reptantes criaturas,
para
dar el tesoro de sus vientres
al
azar masculino que fecunda.
GRANAR:
De
ese mar encrespado en su verdura
y
el suelo que abrigara la simiente,
poderoso
alquimista taumaturgo,
el
gran disco solar resplandeciente
agua
y estiércol transmutando en oro
va
grano a grano laboriosamente,
y
en sartas de dorados almidones
-azúcar
combinado doblemente-
armando
va el alcázar de la espiga,
que
las glumas protegen y defienden.
[COSECHAR]
SEGAR:
Y
aquí son las tragedias de las mieses:
soñaban
ser progenie y un minuto
después
las fieras hoces degradaban
su
ensueño cereal a mero fruto.
Escuadrones
de filos implacables
deducían
del agro su tributo:
del
grácil tallo, solo inerte paja,
del
oro vivo, próvido instituto;
ingente
almiar, promesa para el troje,
gloria
de la labranza y su estatuto.
ESPIGAR:
Es
tarea de pobres, menudencia,
en
tiempo inmemorial ya consentida:
la
espigadora – suelen ser mujeres –
“iba
al rastrojo tras de la cuadrilla”
por
ver si el segador abandonaba
como
al descuido alguna que otra espiga,
que
ella afanosamente rescataba
y
guardaba con celo “en su esportilla”.
La
misma Biblia, en libro aparte nombra
el
laborar de Ruth la moabita
quien,
viuda y sin recursos, espigaba
por
cuidar de su suegra empobrecida.
Luego
Millet, maestro de pinceles,
hizo
inmortal esta humildad bendita.
TRILLAR:
Primero
esparcen mieses por las eras,
ya
deshechos los haces, y los trillos,
de
incisivas esquirlas pedernales,
trineos
por los trigos amarillos,
las
parvas acuchillan y fracturan
entre
el bullir estivo de chiquillos
AVENTAR:
Es
separar el grano de la paja,
la
brisa como cómplice y agente.
Horcas
o bieldos de la mies trillada
al
aire lanzan repetidamente
esperando
que el viento en su latido
lo
grave deje, lo ligero lleve.
Mas
tarde, el apartar trigo de granza
será
labor de criba en lapso breve;
[PROCESAR]
MOLER:
Y
aquí llega la industria del molino,
la
picardía de la molinera,
las
fabulosas aspas cervantinas,
que
al hidalgo gigantes parecieran,
o
si no las aceñas que los ríos
mueven
con su agua clara, si la hubiera;
todos,
pues, artefactos que permiten
tornar
en polvo el logro de las eras,
cuando
un prodigio de la biología
se
aplasta entre las piedras de la muela.
Luego
el cedazo fino discrimina
harina
de salvado en su tarea.
AMASAR
Y HORNEAR: PANIFICAR:
Harina
y agua y sal y levadura:
amasar
pan, la gran artesanía,
la
que se hace en el seno de la artesa,
y
en el horno es el pan de cada día.
Es
de siglos promesa cotidiana,
manjar
de Dios, sagrada eucaristía.
Madrid, miércoles, 3 de febrero de 2021
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