Suelo como poeta, o que de tal pretende,
adentrarme en jardines que embrollan mi destreza
y traban a tal punto mi culto a la Belleza
que ni el concepto adorno ni el discurso se entiende.
Esclavo de la rima, mi verso se deforma,
abuso del hipérbaton y, aunque el sentido aturda,
emito cualquier frase, sea fea o absurda,
con tal de que se avenga al metro y a la norma.
La perfecta armonía de forma y fondo es cosa
que desafía el arte y el ingenio suscita.
Su fruto, si se logra, es la gloria bendita:
¡Oh Poesía Pura! Y lo contrario es ... prosa.
Madrid, miércoles,
11 de marzo de 2020.
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