Los amigos perdidos
¿Qué
encrucijada os desvió? ¿Qué enredo
de la
vida os dejó en el camino,
lejos
del corazón que palpitaba
con
vuestro amor y vuestra compañía?
¿Podrá,
lejos de todos, este pecho doliente
seguir
con tanta carga de ausencias y de olvidos?
Duro es
vivir en soledad, dura es la falta
insalvable
del deudo y del amigo.
Nada me
sabe igual, nada conforta
el pasar
taciturno de mis días.
Herido
de nostalgia, sin consuelo,
clamo y
reclamo en vano.
Es mi
memoria lastre doloroso,
peso
mortal, necrópolis funesta,
que cada
nombre torna en epitafio
y en
graves losas cambia los recuerdos.
Madrid, 11 de agosto de 1.986
2 comentarios:
A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan los pensamiento
UN PLACER COMO SIEMPRE
Gracias, amigo Enrique.
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