Guión del homenaje a Federico García Lorca en
el 80 aniversario de su asesinato. Recitado por mí en la Ronda de Sol el 1/9/16, en la Puerta del mismo nombre.
Compañeras y compañeros: El pasado 19 de Agosto se
cumplieron 80 años del asesinato de Federico García Lorca y sus compañeros de
infortunio: el maestro de Purullena, Dióscoro Galindo, y los banderilleros
anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas. A día de hoy se desconoce el
paradero de los cuerpos, aunque parece ser que el 19 de este mes se reanudará
la búsqueda no lejos de donde se buscó la última vez. El paradero del cuerpo
del criminal que lo mandó matar sí se conoce: el altar mayor de la basílica de
la Macarena en Sevilla, allí está, al amparo de la Iglesia; su fajín de
criminal profesional se custodia en el camarín de la misma virgen.
Federico fue víctima de un crimen de odio: de odio político y de homofobia. El año
pasado se hizo público un informe policial basado en una “investigación
oficial” de 1965. Se le acusaba de “socialista”, amigo de Fernando de los Ríos,
de masón, y se le atribuían “prácticas de homosexualismo y aberración”. No fue
el único artista republicano y homosexual; también lo fueron Luis Cernuda, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre y el premio Nóbel de Literatura Vicente Aleixandre, así como el gran cantante de copla española Miguel de
Molina. Todos pagaron duramente sus ideas y su orientación: exilio exterior o
interior, palizas …, pero solo Federico murió asesinado.
En su honor voy a leer poesía suya, pero esta vez voy
a huir de tópicos y voy a intentar aproximarme a su honda pasión oscura, a dar
mi voz, desde una orientación distinta de la suya, al sentir bellísimo por el
que lo mataron, a sus sonetos del amor
oscuro.
Soneto de la dulce queja
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.
Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas, y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.
Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi Otoño enajenado.
Ay, voz secreta
¡Ay, voz secreta del amor oscuro!
¡ay, balido sin lanas!¡ay, herida!
¡ay, aguja de hiel, camelia hundida!
¡ay, corriente sin mar, ciudad sin
muro!
¡Ay, noche inmensa de perfil seguro,
montaña celestial de angustia erguida!
¡ay, perro en corazón, voz perseguida!
¡silencio sin confín, lirio maduro!
Huye de mí, caliente voz de hielo,
no me quieras perder en la maleza
donde sin fruto gimen carne y cielo.
Deja el duro marfil de mi cabeza,
apiádate de mí, ¡rompe mi duelo!
¡que soy amor, que soy naturaleza!
Federico García Lorca
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