Brama la extraña trompa conmovida,
rasga el cendal la garra transgresora,
se apodera del cuerpo en su desmayo
y lo huella en feroces convulsiones.
Un atisbo de lúcida ironía
pone el Mal en la órbita de un Sueño,
y allá se va, perverso y desgarrado,
torticero y cruel, el Pensamiento.
Y tras del Mal Querer, de la agonía
del maquinar, roer, atar los cabos
de la Traición, del doble y sucio engaño,
tras de los cebos del falaz gambito,
emboscado en el filo de una esquina,
el Mal Hacer, preñado, rompe aguas.
2 comentarios:
Es desgarrador leer tu poema pues somos varios los que sentimos igual. Abrazo
Muchas gracias, Rosa María. Son los tiempos del Mal.
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