Licor de la pasión, lujo del alma,
destilado en agraz de la tristeza,
bronco gañir con que la vida empieza,
húmedo adiós cuando se acaba en calma.
Flujo en que, fuente a fuente, el tiempo empalma
la pena o alegría en que tropieza
un corazón sin norte ni cabeza,
que en tan salado humor trenza su palma.
Me apartaron de ti, por no ser flojo,
a un exilio de esparto, macho y duro,
hijo del pedernal, cardo o abrojo;
y al fin, viejo, castrado e inseguro,
por cualquier cosa los pañuelos mojo,
plañidero senil, higo maduro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario