Referencia de imagen: fuente propia. Buzón de Correos en la calle Sangenjo, esquina a la de Fermín Caballero. Madrid.
Cuando las cartas eran tanto (y fueron),
¡cuanta pasión llenaba esa alcancía!
Cuanta doliente ausencia convirtieron
casi en presencia allá, en su lejanía.
Cuantos sueños que fueron y vinieron
transcribió su febril caligrafía.
Y el mensaje con alas, peregrino,
del buzón despegaba a su destino.
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