¿Qué crimen penas, pueblo español,
que tal castigo tienes:
extranjero en tu tierra y extranjero
donde solías ser, tras las fronteras?
Pasto de lobos, lecho de rufianes,
carne de obra, presa de raposos.
Vejado, escarnecido, difamado
y traído y llevado: emburrecido.
Siempre en reata, cara contra rabo:
anteojeras tupidas y trallazos.
Siempre adelante rumbo hacia la nada:
mataduras con moscas y el pesebre
nada más con lo justo ...
Tu caja de cartón o tu maleta,
tu tartera: tortilla de patatas,
tu aliento a ajos y tu sueño pobre
de tres días de tren conoce Europa.
También conoce Europa el lupanar del Sol.
Putas orondas y putillas jóvenes:
la carrera de la mujer hermosa y sin salida
del campo duro o la ciudad incierta.
Putas de Rota, putas de Marbella,
de Francfort, de París o de Marsella,
putas de Europa, putas españolas,
¡cuanta lujuria habrá dado cobijo
vuestro coño infeliz de mujer pobre!
España litoral prostituida.
España campesina en desbandada.
España obrera a sangre sometida
y la España emigrante, negra de Europa,
explotada, vendida y despreciada.
Este "orden" mantienen y vigilan,
batallones del pueblo enajenado,
tanques, aviones y sótanos de horror,
los que se arrogan
la histórica misión de ser verdugos,
negreros, proxenetas, carceleros
de quién luchó con rabia y fue vencido,
de ese pueblo español, reo de nada,
condenado de siempre sin que sepa
qué rayo airado lo sumió en la fosa.
Madrid, 1.974.
jueves, 1 de mayo de 2008
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2 comentarios:
Extraordinaria poesia, llena de fuerza y verdad. Nunca el pueblo español consiguió ser dueño real de su destino. La última vez que lo intentó, sabes bien que lo pagó caro. Duro escarmiento para recordar en muchos años.
Un día lo conseguirá, "vielcada". Tú mismo, y yo, y muchos más sin duda lo esperamos. Un abrazo.
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