domingo, 10 de febrero de 2008

Misticismo ateo – a vueltas con Blas de Otero

Soneto compuesto a imitación de Blas de Otero con un fuerte contenido de vivencias propias.


Yo nací para Ti; Tú me reduces
a la incierta pasión de no creerte;
me diste la razón para no verte,
escondido en tu bosque, atroz, de cruces.

Te busqué sin descanso a medias luces
y me di a trompicones con tu muerte,
con tu ausencia palmaria, con la fuerte
necesidad de Ti que me produces.

Te odié por no tenerte, por faltarme,
por plantar en mi mente la demencia
del trascender, que me desasosiega.

Y no te tengo ni para matarme,
para exigirte a gritos la clemencia
de arrancarme esta luz que te me niega.

4 comentarios:

RosaMaría dijo...

Fuerte en su clamor, hermoso en su composición. Te felicito

Francisco Redondo dijo...

Gracias, Rosa María. Muy amable.

Ana Estepa dijo...

Hola Francisco.
Vaya soneto. Dicen que del dolor salen los versos más bellos.
A ver...por acompañarte:



Amanece…otra vez



Bajo el maltrecho sauce de raquítica sombra
agonizan los lirios sembrados a destiempo,
despeina el viento las endebles hojas
que tras la madrugada marchitan por el hielo.
Me limito a dejar la mirada perdida
en un tímido rayo que acaricia el asfalto.
He de encontrarme, pues comienza el día
y no hallo la forma de cargar con mis pasos.

Tras el turbio cristal, la vida, intermitente,
se derrama en latidos sugerentes.
Y tendré que llegar a la línea de fuego,
medirme con el miedo que estrecha las aceras,
y la senda es eterna,
y tú, mi amor...tan lejos.

Francisco Redondo dijo...

Siempre gratísima tu visita, Ana. Y más aún comprobar que tu inspiración crece y crece ... Gracias como siempre por tu compañía.