Tilos en Otoño en la Calle de Santiago de Compostela (Madrid). Foto del autor. |
También Otoño, liras
tañe encendidas en las hojas yertas,
en minúsculas piras
so las ramas desiertas
que añoran tristes sus verduras muertas.
La húmeda podredumbre
de tanta gloria vegetal caída,
esa anual herrumbre
del ciclo de la vida
su aroma dulce, al fermentar, convida.
El dorado crepúsculo,
de sienas, ocres, rojos y amarillos
aquelarre mayúsculo,
nos envuelve en sus brillos
mientras Cierzo nos lanza sus cuchillos.