Brama la extraña trompa conmovida,
rasga el cendal la garra transgresora,
se apodera del cuerpo en su desmayo
y lo huella en feroces convulsiones.
Un atisbo de lúcida ironía
pone el Mal en la órbita de un Sueño,
y allá se va, perverso y desgarrado,
torticero y cruel, el Pensamiento.
Y tras del Mal Querer, de la agonía
del maquinar, roer, atar los cabos
de la Traición, del doble y sucio engaño,
tras de los cebos del falaz gambito,
emboscado en el filo de una esquina,
el Mal Hacer, preñado, rompe aguas.
Es desgarrador leer tu poema pues somos varios los que sentimos igual. Abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Rosa María. Son los tiempos del Mal.
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