A quienes juzgan que si disfrutan de un
buen pasar es por sus muchos méritos.
Yo he vendido a mi hermano como esclavo
en el duro mercado de Alemania.
Yo he entregado mi hermana a los burdeles
del tinglado turístico de España.
He frustrado a mi hermano que piensa.
He callado a mi hermano que habla.
He cegado, engañado y explotado
a mi hermano que calla y que trabaja.
Y cuando al fin mi hermano se rebela
y empuña la navaja o la palabra,
yo, por tricornios y comisarías,
jueces dóciles y leyes amañadas,
doy con el navajero en la picota
o meto la palabra encarcelada.
¡Esta es mi Burguesía, mis señores!
¡Y éste es el desarrollo de mi España!
Madrid, 1.974
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