viernes, 25 de septiembre de 2009

No hay mayor ciego que el que no quiere ver

Soneto corrupto, a tono con este país y alguna parte de su judicatura


Teniéndolas delante de los ojos,

aún siendo como puños las verdades,

por mor de las fervientes amistades

se pone sus opacos anteojos.


Sin pudores, vergüenzas ni sonrojos

dice no ver penosas realidades,

que apenas son, si acaso, nimiedades:

escrúpulos de bobos o de rojos.


Un contratista afín le corta trajes

y sufraga los gastos de campaña

al prohombre que tiene por amigo.


No es falta ni es delito, que son gajes

políticos, que el juez, con mucha maña

y gafas de no ver, hurta al castigo.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Ángeles odontólogos

A las jóvenes doctoras, y en especial a la Dra. Montoya, a cuyas manos encomiendo mis dientes


¿Desde cuando los ángeles tormentos

estudian en cruenta asignatura

de modo que en infausta criatura

llevan a cabo los experimentos?


Una galaxia horrenda de instrumentos

alterna sin piedad la mano pura

contra la inerme y rota dentadura,

lima que lima ajena a los lamentos.


¡Seda, oh cruel, el nervio dolorido,

no le escatimes la inyección calmante,

por relajar el músculo en alerta!


¡Así, así por Dios! Qué agradecido

queda el paciente en su dolor menguante,

mirando al ángel con la boca abierta.


Madrid, viernes, 18 de septiembre de 2009

De parte de aquel paciente de cerviz artrósica, garganta escasa y miedo desmedido que tanto trabajo da, pero que no obstante sabe escribir versos, al menos eso piensa él.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Darío


Al nieto mayor, recién nacido, de mi hermana pequeña.

Por muchas y fundadas razones, en versos alejandrinos, naturalmente.



Naciste sin pensarlo, igual que nace el río

cuando la fuente alumbra sus menudos caudales;

te envolvieron el llanto en besos y en pañales

y te dieron el nombre glorioso de Darío.


A tus padres les debes andarte en este lío

de clepsidras feroces de arenas pedernales

que convierten los siglos en ruinas materiales

y los huertos feraces en terreno baldío.


¿Te asustas ya? No llores. Hay también ratos buenos

entre los recovecos de este largo camino

de abrojos y de flores al que llamamos Vida:


un día entre los días soleados y amenos

alguien dirá tu nombre, y hallarás tu Destino.

Y estallará en vergeles tu Tierra Prometida.


Madrid, domingo, 06 de septiembre de 2009

Tu tío abuelo Francisco

viernes, 4 de septiembre de 2009

Las amistades perdidas

Antiguas octavas castellanas en versos dodecasílabos compuestos


De tantos puñales que me apuñalaron

me da la memoria recuento certero,

y con el recuento, dolor muy severo

por tantos amigos que me traicionaron.

Esos mismos pechos que me confortaron

urdieron arteros mi daño y perjuicio;

con ello lograron fugaz beneficio,

inferior al duelo que me reportaron.


¡Cuantas amistades bajo juramento,

que nombran al Cielo por mudo testigo,

hoy juran y ensalzan la fe en el amigo,

mañana la venden si llega el momento!

No sé por qué elevo tan triste lamento

ni de qué me duelo con queja tan vana:

flaca y miserable la ralea humana,

ni mantiene apego ni honra sentimiento.


Las pasadas horas en que entretenía

los graves afanes del quehacer diario

¡qué dulce el respaldo de su compañía,

qué atinado el hilo de su comentario!

Nadie, nadie sabe cuanto es necesario

el abrazo amigo hasta que se pierde:

como herida viva la ausencia te muerde,

te hiela la angustia de andar solitario.


¿Os cansan mis quejas?¿Os sobra mi llanto?

Oíd con paciencia, no tengo otra cosa:

la vida comienza plena y bulliciosa,

pero a cada vuelta te recorta el manto:

a unos se los lleva y otros mientras tanto

terminan mostrando su esquiva ruindad,

y al fondo del saco ves la Soledad.

¿Qué importa que venga? No me causa espanto.