viernes, 24 de abril de 2009

Sonetillo sobre el habla de los perros

Comentario a otro de Germinal Sánchez, que se maravillaba de la inteligencia de los perros, por uno que vió en Francia y casi sabía hablar

 

Pues, aunque nos siente mal,

de todo esto se deduce

que el habla que tanto luce

el humano carcamal

 

tan sólo es habla local

que a ningún sitio conduce,

mientras que el perro traduce

un lenguaje universal.

 

Que eso que tú viste en Francia

no es magia ni nigromancia

ni un Auto Sacramental;

 

es mera sabiduría

de la canina jauría,

mi querido Germinal.

miércoles, 15 de abril de 2009

Atardecer sobre el Miño

En un remanso del Miño,

allá por la Puente Vieja,

veo en el agua las nubes

que en el agua se reflejan.

Crepúsculo de oros fríos

y panzas de nubes negras

el lento fluir del río

visten de cielo a la inversa.

Mientras el agua desciende

la  imagen se desintegra.

Dicen que mañana llueve

¿lo sabe el agua que sueña?

viernes, 3 de abril de 2009

Afrodita


Guillaume Adolphe Bouguereau (1825-1905) - El nacimiento de Venus

Naciste de una Concha[1] como eres:
lúbrica Flor para el Amor fundada,
Diosa Puta, Maestra consumada
en las artes que emulan las mujeres.

Sin Ceñidor seduces a quien quieres,
y con él enloqueces la mirada,
destruyes la razón, dejas ganada
la fe del más templado de los seres.

Paris no tuvo dudas frente a Hera
o Atenea, rivales de Afrodita,
de quien toda hermosura toma ejemplo,

y con la Poma de Oro justiciera
pese al rencor divino que suscita
orna la Hermosa el Ara de su Templo.


[1] “Afrodita, diosa del Deseo, surgió desnuda de la espuma del mar y, montada sobre una concha marina, arribó a la orilla …” Mitología griega 1.11.a Robert Graves. Por otra parte la iconografía más conocida del nacimiento de la diosa (especialmente el cuadro de Botticelli “El nacimiento de Venus = Afrodita” y el que aquí se reproduce, con el del mismo título, del pintor neoclásico francés, Bouguereau) la representan surgiendo de una concha de vieira o madreperla. Asimismo el helecho conocido como “cabello de Venus” Adianthus capillus-veneris, se llama así por sus características hojas que se asemejan a esas mismas conchas. Y a una concha se asemeja el triángulo de Venus femenino, que en tantos países del Sur de América se conoce con aquel nombre.